El mezcal es una bebida que los antiguos indígenas mesoamericanos hacían en hornos de piso. Su nombre viene del náhuatl “Metl”-Maguey e “Ixcalli”-Cocido. Actualmente se produce en nueve estados de México y proviene del agave.
Sin embargo, a pesar de ser una bebida muy famosa y tradicional, muchas personas no se atreven a tomarla, debido a lo fuerte que es. Así es que, si tienes antojo de probar esta “bebida de los dioses”, te invitamos a echarle un ojo a esto, antes de pedir tu siguiente trago.
Forma de Producción
Antes de beber cualquier mezcal, es importante que te informes acerca de la procedencia del agave así como su cosecha. Hay que buscar uno que haya sido cosechado de manera orgánica y sustentable.
El mezcal tradicional lleva un proceso de ocho a diez años, que involucra recoger las pesadas plantas, cocerlas en hornos a base de piedras, machacarlas y dejarlas fermentar. Después, se reposa el líquido hasta verterlo en una botella que generalmente va firmada por el maestro mezcalero que se encargó de supervisar la producción. A ti te toma sólo unos segundos pedirlo.
Apreciación de Olores
El último paso, antes de beberlo, es tomar una pequeña gota, aplicarla en la palma de tus manos, frotarlas y olerlas. Esto desprenderá los olores del mezcal, para que puedas apreciarlos con mayor facilidad.
El Primer Sorbo
Debe ser un sorbo muy pequeño, alrededor de 5 ml; mientras lo tienes en la boca es importante que te realices estas preguntas: “¿qué se siente cuando lo pruebo?”, ¿a qué me recuerda?”. Debemos estar presentes en el momento, para poder obtener la mayor cantidad de información sensorial posible.
El Gusano de Maguey
A pesar de que a los turistas les encanta ver el gusanito al fondo de la botella, este sirve para mejorar el sabor de producciones malas. Cuando un productor se dio cuenta de que esto le daba un toque exótico, comenzó a meter gusanitos a las botellas como “táctica de marketing”.
Ahora que, acompañarlo con rodajas de naranja, chapulines y sal de gusano, hace la experiencia mucho mejor.
¡Adiós a la Cruda!
La composición química del mezcal es tan pura, que con la saliva se va desintegrando y su consumo moderado no provoca crudas. El problema es cuando lo tomas con algo más que no sea agua.
Dónde Tomarlo
Si quieres hacer un viaje mezcalero, Santiago Matatlán es el lugar. A 45 minutos de Oaxaca está la “Capital Mundial del Mezcal”, en donde varios productores dan tours y catas.
Ahora que, si no quieres ir tan lejos, o bien, andas de vista en la CDMX y andas con antojo de un mezcalito, puedes ir a alguna de las siguientes mezcalerías:
Tlachiquero: Esta pulquería ofrece curados del día, provenientes de Tlaxcala, a 30 pesos el medio litro. Además, la carta abre con un mezcal Cuish espadín a 25 pesos, y otros destilados de la misma marca, a 35 pesos.
Ubicación: Col. Roma.
La Clandestina: El sitio más recomendado para disfrutar mezcales en la zona Roma-Condesa. El ambiente es relajado, no hay pretensiones de ningún tipo. El plato principal es el mezcal en todas sus variantes, además, en este local te venden botellas para llevarte la fiesta a casa.
Ubicación: Álvaro Obregón 298, Col. Roma
Bósforo: Más de 40 distintos tipos de mezcal artesanal en un ambiente relajado y bohemio, buen sitio también, para echar la quesadilla o cualquier otra delicia prehispánica.
Ubicación: Luis Moya 31, Centro
La Mil Amores: Una combinación que no puede fallar, cumbia y mezcal.
Ubicación: Yucatán 34, Col. Roma
La Botica: Uno de los primeros locales en ofrecer mezcales en la Ciudad de México es La Botica, por lo que se ha convertido en un clásico.
Ubicaciones:
- Campeche 396, Condesa.
- Alfonso Reyes 120. entre Amatlán y Puerto Real, Condesa.
- Isabel la Católica 30, Centro.
- Orizaba 161, entre Querétaro y San Luis Potosí, Roma.
Así es que no se diga más y lánzate por un mezcal. ¡Salud!
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